Hansel y Gretel

¿Qué puede aprender un niño cuando se baña solo?

Bañarse, pareciera ser una de las actividades cotidianas más pequeñas de la vida. No toma mucho tiempo y básicamente se repiten los mismos pasos diariamente. Sin embargo, el momento de bañarse puede ser usado para aprender sobre el propio cuerpo, sobre las sensaciones placenteras y displacenteras, para afianzar la autonomía y para fomentar el autocuidado.

En los primeros 6 meses de vida tener una rutina de baño diaria ayudará a crear el hábito de autocuidado.Para ello será imprescindible que los cuidadores establezcan y mantengan las rutinas.

La conciencia corporal se refiere a la conciencia que se tiene sobre las sensaciones placenteras o molestas. Al estar desnudos hay más exposición a los estímulos sensoriales y esto puede ser usado para que vayan entendiendo lo que les gusta y lo que no. Es un espacio perfecto para hacer masajes (en la dirección en que crece el vello, desde el centro del cuerpo hacia afuera) y empezar a nombrar las partes del cuerpo. Entre los 2 años y 2 años y medio, una vez que reconozcan las partes de su cuerpo podrán empezar a darles instrucciones sobre los pasos a seguir para bañarse.

Será clave supervisarlos en este proceso bien sea dentro de la ducha o desde fuera. Una de las mejores formas de hacerlo es a través de juegos: “Simón dice” es perfecto para ir nombrándoles las partes del cuerpo que deben lavar. Pueden usar esponjas o jabones de diferentes colores para jugar “veo, veo algo de color _____ para lavar ______(parte del cuerpo)” A través de estos juegos se irá desarrollando la autonomía e independencia. Al salir del baño se les puede secar rápidamente y luego incentivar a secarse ellos solos con una toalla más pequeña. Este tipo de actividades puede usarse para fomentar su desarrollo cognitivo, pues permitirá aprender sobre las diferentes texturas y las sensaciones corporales: frío-caliente, suave-rasposo, liso-arrugado, mojado-seco, etc.

Típicamente al bañarse exploran sus genitales, pues es parte importante del bañarse, aprender a lavarlos adecuadamente. Esta es una oportunidad para explorar su cuerpo y es un espacio de autoerotismo. Será clave no regañarlos, sino incentivar la intimidad y ayudarles a entender que no deben dejarse tocar por otras personas en sus genitales. En la medida en que los cuidadores les den los nombres de los genitales con naturalidad y tranquilidad, los niños aprenderán a hablar de ellos y explicar lo que sienten y lo que les pasa.

¿Qué hacer si no quieren bañarse?

Seguridad y partes sensibles

Aplicar shampoo y enjuagarlo requiere un poco más de coordinación, alrededor de los 3 años y medio o 4 años podrán hacerlo cada vez mejor. Para evitar que les caiga a los ojos pueden usar gafas de natación mientras se bañan, esto además les parece muy divertido y facilita el momento del baño.

Para evitar que se caigan cuando se bañan solos es ideal tener antideslizantes en el piso o que se bañen parados en una tina o platón.

Escrito por: María Camila Mejía – Psicóloga del Jardín

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