Regulación emocional infantil

La inteligencia emocional es la habilidad para percibir y exteriorizar las emociones personales y de otros, para así desarrollar una adecuada capacidad de resolución de problemas y actúa directa y constantemente en nuestro comportamiento. Esta capacidad básica dentro del proceso de desarrollo de los niños y niñas les permite tener confianza en sí mismos y poder interactuar adecuadamente con los que los rodean.

Entre los 4 y los 7 años el lenguaje y los procesos cognitivos juegan un papel fundamental a la hora de establecer autorregulación, aunque es importante tener en cuenta que tanto los factores biológicos como la historia de aprendizaje influyen en los sistemas de regulación en la infancia.

Herramientas para casa y jardín

  • Motivarlo para que resuelva sus problemas, prestándole ayuda si lo necesita.
  • Identificar estados emocionales con imágenes y verbalización de la emoción (Rabia, alegría, tristeza, miedo, desagrado)
  • Auto-verbalizaciones en momentos que le permitan guiar su comportamiento (Expresar lo que siente y como lo va a solucionar)
  • Generar conductas alternativas para expresión y liberación emocional
  • Pensar a través de situaciones problema (Uso de ejemplos con cuentos o juego de roles en casa para guiarlo en mecanismos para resolver dificultades)
  • Reconocer y valorar sus esfuerzos cuando hace las cosas bien y aprende algo nuevo.
  • Explicarle y enseñarle que los errores son una parte fundamental del aprendizaje y mostrarle confianza en sus capacidades para que vuelva a intentarlo.
  • Ayudarle a conocerse: sus gustos, deseos, necesidades, opiniones, limitaciones y a entender como estos le permiten desarrollarse y enfrentar la vida.
  • Enseñarle la importancia de respetar los gustos y las opiniones de los demás.  
  • Ayudarle a poner palabras a sus emociones identificándolas y expresando como se siente en diferentes situaciones.
  • Enseñarles que la frustración y los “NO” aparecen diariamente y que parte del proceso es aceptarlos y buscar otra opción.
  • Brindar refuerzos positivos con elogios y verbalizaciones frente a cualquier aproximación que se parezca a lo esperado a la hora de expresar disgusto (Tener en cuenta que los niños realizan conductas por que tienen una funcionalidad en el ambiente mas no por que busquen generar daño con una estructura previa)
  • Enseñarle al niño en como pensar sobre estrategias alternativas mas no en qué pensar, pues es necesario que esto lo repliquen a otros ambientes en los cuales no cuenten con el adulto (Utilizando situaciones hipotéticas identificado problemática y que aspecto se debe cambiar).
  • Una estrategia muy útil es la utilización del libro “EL MOUSTRO DE COLORES”, al igual que técnicas de regulación visuales como el frasco de la calma, el termómetro emocional y el semáforo.
  • Creación de “FRASCO DE LAS SOLUCIONES” con imágenes concretas que permitan que el niño haga uso de ellas al enfrentar una emoción de alta intensidad , propiciando toma de decisiones.

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