Sexualidad y estimulación

A lo largo de su desarrollo, las niñas y niños no sólo se enfrentan a necesidades de comer, estar limpios o dormir, sino que también tienen necesidades sociales, afectivas y sexuales como abrazar, acariciar, sonreír, cantar, mirar, realizar gestos, ser observados y aceptados. Dentro de estas necesidades, la sexualidad no está muy diferenciada de otros sentimientos de placer, bienestar y seguridad y a partir de los 6 meses de edad empiezan a conocer y descubrir el mundo a través de su propio cuerpo para poder comprenderlo y conocer sus límites corporales; esto incluye la exploración de genitales, especialmente a partir de los dos años, en donde este comportamiento se vuelve mucho más frecuente.

De acuerdo a la Asociación Española de Pediatría, la autoestimulación genital durante los 2 o 3 años del menor es una actividad que forma parte del proceso de exploración de su cuerpo y se asocia con una sensación de placer, al igual que la produce el chuparse el dedo. Sin embargo es importante resaltar que luego de los 5 años de edad, los niños y niñas ya tienen más clara la connotación sexual y el significado de la privacidad del cuerpo y el seguimiento de esta conducta debe hacerse de manera más enfática. Para poder identificar si el comportamiento sexual de un niño(a) requiere atención e intervención, la Academia de Pediatría (APA, 2009) determinó los siguientes factores a determinar:

Intensidad: Conductas prolongadas en el tiempo

Frecuencia: Número de veces que aparece la conducta

Aspectos importantes que resaltan en la sexualidad durante esta etapa

  1. Descubrir el propio cuerpo y experimentar sensaciones a través de la autoexploración y del contacto con otros (caricias, besos, abrazos, etc.)
  1. Necesidad de vínculos afectivos que generan figura de apego y seguridad y de esta relación dependerá la organización de la sexualidad del niño, pues sus figuras de apego serán su modelo a seguir.
  • Tener seguridad emocional la cual permite que confíen a los demás.
  • Creer en las propias posibilidades y capacidades.
  • Superar las frustraciones afectivas.
  1. De ellos se aprende a: Conciencia del sexo que los define y que existe otro diferente ( de aquí se desprenden los primeros elementos para identificar diferencias y similitudes entre lo masculino y lo femenino).
  1. Curiosidad por el cuerpo adulto y por el cuerpo de otros niños y niñas.

Es importante tener en cuenta e identificar cuándo un comportamiento sexual es normal o no. Cuando se identifica que la conducta que está teniendo el niño sobrepasa frecuencia e intensidad ,es necesario evitar reprender, regañar o castigar. Se debe actuar de acuerdo a los valores familiares y estilo educativo que se lleve en casa evitando que el niño sienta que es inadecuado lo que está haciendo o generando una retroalimentación en público. Un exceso de atención y preocupación sobre una conducta que es normal en esta etapa puede genera un efecto contrario de lo que se quiere que el niño aprenda.

Algunas sugerencias para poder intervenir en esta conducta son:

Es importante introducir el concepto de intimidad y de respeto hacia sí mismo como hacia los demás, si el niño tiene más de 5 años, pues en este momento él ya puede entender el concepto de privacidad. Igualmente es necesario resaltar el adecuado manejo de higiene. Si el niño o la niña no ha cumplido los 3 años, aún no tiene capacidad de comprender el concepto de privacidad. A esta edad, el encontrar una reacción fuerte en sus padres frente a determinado comportamiento puede llevarlos a actuar por querer probar límites, lo mejor es no prestar mucha atención e intentar distraerlo y desviar su atención hacia otra actividad u objeto que sean significativos para el niño y que le genere interés.

No te asustes, aconséjalo

Explicarle que ese comportamiento se debe llevar a cabo en la intimidad y no en público. En algunas ocasiones, la auto-estimulación se dirige a liberar energía o a enfrentar situaciones de estrés y ansiedad. En ese caso, los padres pueden ayudar a su hijo a buscar alternativas para que canalicen la energía de una manera más adaptativa.

La autoestimulación genital puede tener diferentes funciones, a parte de la propiamente erótica como pasa en los adultos.  En muchos casos se trata tan sólo del descubrimiento que se hace del cuerpo a través de la exploración y la experimentación.

Cuando estimularse se convierte en una costumbre abusiva, es decir, el niño repite el acto varias veces al día y se ha provocado irritación o lesiones o interviene en su correcta relación con otros, es cuando debemos intervenir con otro tipo de ayudas que nos permitan saber si el niño está viviendo alguna situación que le cause ansiedad entre otras posibilidades.

Observa tus propias reacciones

Ten en cuenta que, muchas veces, son las reacciones de los padres ante la auto-estimulación de sus hijos las que representan el mayor riesgo. Si tu hijo(a) se llega a sentir culpable por explorar su cuerpo, es probable que, en el futuro, termine asociando el sentimiento de placer con culpa y vergüenza.

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