Alimentación consciente

Hoy en día, para muchos padres la alimentación de sus hijos puede ser una aventura debido a que se convierte en un campo de batalla, donde se pueden presentar gritos, berrinches, etc.

Cabe recalcar, que este tipo de conductas, pueden generar problemas psico-conductuales en los niños, los cuales pueden persistir en la edad adulta. Por ejemplo, se ha observado que los jóvenes con peores hábitos alimenticios tienden a consumir menos frutas y verduras y pueden tener tendencia a desórdenes alimenticios o enfermedades metabólicas.

Teniendo en cuenta lo anterior, la alimentación consciente o mindful eating es una solución a estos problemas. Es una disciplina basada en el Mindfulness o “conciencia plena”, la cual hace referencia a ser conscientes y prestar atención a cada pensamiento, emoción y sensación que sucede en cada momento.

De esta manera, el mindful eating consiste en poner atención cuando comemos, cuando elegimos los alimentos y cuando los cocinamos. También, busca ser consciente en la manera como consumimos los alimentos, las emociones que sentimos y las necesidades que hay detrás de las conductas asociadas a la alimentación.

Así mismo, si le enseñamos a los niños a tener una alimentación consciente desde pequeños, lo van a convertir en su forma natural de comer y así, podrán hacerlo de una forma sana y natural durante toda su vida.

Beneficios

La alimentación consciente le enseña a los niños a distinguir las diferentes sensaciones cuando tenemos hambre y cuando estamos saciados. Esto va a permitir que ellos identifiquen las señales corporales, como las emociones y así podrán nombrarlas y regularlas de una manera sana y no a través de la comida.

También, al enseñarles a comer cuando tengan hambre y la sacien de forma sana, reducirán las probabilidades de que sufran sobrepeso cuando sean mayores, esto debido a que comerán lo que necesiten y cuando lo necesiten.

Los niños van aprender a prestarle atención a la comida, identificando lo que están comiendo y observando como la comida influye en su cuerpo, como sacia su apetito y las sensaciones que genera.

Además, van aprender a diferenciar los alimentos, sabores y texturas. Van a lograr identificar qué comidas les proporcionan energía y cuáles les hacen sentir bien.

Por otro lado, se encontró que las prácticas de alimentación consciente mejoran el comportamiento alimentario tanto de niños como de adultos. Reducen las pautas de alimentación emocional y la irritabilidad frente a la comida, mejorando las pautas dietéticas y los hábitos nutricionales (Goodman, Roberts & Musher-Eizenman, 2020).

¿Cómo?

– Dando ejemplo: Evitar distractores. Los adultos debemos ser ejemplo practicando la alimentación consciente, por ejemplo, si los niños no pueden ver la tablet en la mesa, nosotros no podemos estar mirando o hablando con el celular.

– Clasificar el hambre que tienen. Antes de cada comida, pueden jugar con los niños a clasificar cuánta hambre tienen del 1 al 10, con práctica les ayudará a ser más consciente de cómo se sienten y tendrán el hábito de comer solo cuando tengan hambre de verdad.

– Involucrar a los niños en la preparación de la comida. Pueden ir al supermercado, enseñarles de dónde vienen los alimentos, cultivarlos en casa y darles tareas acordes a su edad para que tengan responsabilidades frente a la comida, desde poner la mesa hasta cocinar.

– No forzarlos a que coman. Servir porciones pequeñas (cantidad mínima) y si el niño pide más comida, servirle una segunda porción. No ofrecer alimentos sustitutos entre una comida y otra.

– Evitar consolarlos con comida. Es importante tener en cuenta la aceptación de las emociones en los niños e incentivarlos a que expresen con palabras sus experiencias, donde el adulto acompañe y les ayude a asimilar sus sentimientos.

– No castigarlos ni premiarlos con comida. Convertir la alimentación en una experiencia libre de condicionamientos y libre de culpa.

En conclusión, la alimentación consciente nos ayuda a hacer elecciones más conscientes en torno a nuestra alimentación. Nos ayuda a utilizar nuestros sentidos para escoger los alimentos y nos permite ser conscientes de cuando tenemos hambre y la identificación de las señales de saciedad, con el fin de ayudarnos a decidir cuándo comenzar y parar de comer.

Bibliografía

Goodman L.C., Roberts L.T., Musher-Eizenman D.R. (2020). Mindful feeding: A pathway between parenting style and child eating behaviors.

Moreno. A .(2017). Comer con Mindeating. 1ª Ed. Madrid: Ediciones Obelisco.

Powell, S. (2013). Alimentación Consciente. Editorial Sirio, S.A.

Puddicombe, A. (2014). La dieta Mindfulness. 1ª Ed. Madrid: EDAF.

VIDEO: https://www.youtube.com/watch?v=K2jJ20RpJ4Y

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