¿Qué es el desarrollo psicosexual?
Este es un tema amplio y complejo. Por eso, antes de hablar de él es importante hablar un poco sobre las dimensiones de la sexualidad adulta. Ésta abarca dimensiones.
1. La imagen corporal: la manera en que nos sentimos sobre nuestro cuerpo
2. Nuestro sexo: es decir si somos hombres o mujeres, la búsqueda de sensaciones agradables.
3. La identidad de género: La manera en que cada persona se identifica con las actitudes y roles masculinos o femeninos.
4.Vínculo afectivo: la manera en que establecemos relaciones con otras personas
5.Intimidad: lo que consideramos público y privado y lo que hacemos en cada espacio.
6.Las relaciones sexuales: el contacto físico y emocional entre personas que no se limita únicamente al contacto genital.
La sexualidad involucra todas aquellas actividades que generan interacción, bien sea con uno mismo o con otras personas. Teniendo en cuenta esta definición de sexualidad.
¿Qué elementos de la sexualidad adulta se van construyendo a medida que crecen los niños?
Las siete dimensiones que hacen parte de la sexualidad adulta se van desarrollando a medida que los niños van creciendo. Desde los primeros meses de vida:
1. Empiezan a construir su identidad y la manera en que se sienten sobre sí mismos. (La imagen corporal)
2. Van tomando consciencia de las diferencias anatómicas entre niños y niñas (Noción de sexo)
3. Van entendiendo qué tipo de actitudes se esperan en los niños y en las niñas (Identidad de género)
4. Aprenden las diferentes maneras de demostrar su cariño a los demás y de recibir el cariño. (El vínculo afectivo)
5. Van aprendiendo qué tipo de comportamientos son apropiados en público y cuáles son privados. (Noción de intimidad)
6. Diferencian las sensaciones placenteras y displacenteras y a medida que ganan conciencia buscan activamente cómo satisfacer sus necesidades.
¿Cómo se manifiestan las 7 dimensiones de la sexualidad en los primeros 14 meses de vida?
Pensemos en un bebé de pocos meses de nacido que siente hambre. Al percibir esta tensión llora y su madre le dará pecho o un tetero. De esta manera satisface su hambre y queda en un estado de plenitud. Esta experiencia deja una huella en la memoria sensorial que le permitirá más adelante chuparse el dedo, una cobija u otro objeto, cuando perciba nuevamente el hambre y el pecho o el tetero no aparezcan pronto. La succión del dedo/chupo/cobija es un mecanismo que le permite al bebé apaciguar por un momento la sensación de hambre y le genera satisfacción.
Esto es parte del aprender a calmarse a sí mismo a través de repetir una experiencia que ha sido placentera. Pero no solo aprende esto. En este proceso de ser alimentado le queda el recuerdo del contacto físico con la madre/padre, del balanceo del cuerpo, de las caricias y la voz de quien lo alimenta. Lo anterior va construyendo la noción de placer, el vínculo afectivo y la imagen corporal.
A medida que gana control motor, entre los 9 y los 14 meses va ganando independencia. El sentarse, agarrar objetos, gatear y caminar le permiten explorar y gozar. Una vez que logra hacer algo buscará repetirlo una y otra vez. Esto no es más sino la búsqueda del placer. Ésta asegura el desarrollo motor, pues a medida que lo repite sus músculos se desarrollan y se fortalecen. Permitiéndole independizarse de su madre y adueñarse del entorno.
La imagen corporal y la noción de vínculo siguen construyéndose, ayudándose de la búsqueda de satisfacciones. Acá, los bebés van entendiendo que son otro diferente a su madre y que pueden oponerse a ella. Van construyendo el sentido de sí mismos y van aprendiendo que pueden estar seguros y tranquilos, aunque se alejen de su madre. Aquí es clave entonces, ayudarles a los niños a explorar el mundo. Si, se van a caer y se van a pegar, pero en la medida en que lo experimenten se irán adueñando de ellos mismos y conociendo sus propios límites.
¿Qué pasa entre los 18 meses y los 2 años?
Más adelante, entre los 18 meses y los 2 años empezarán a ser conscientes de otra de sus necesidades fisiológicas. El sistema nervioso ha madurado lo suficiente para posibilitar el control de esfínter anal y uretral. Esto implica la posibilidad de identificar dos sensaciones corporales particulares: las ganas de hacer orinar o defecar. Lo anterior les permite avisar que se quiere ir al baño, aguantar la sensación corporal y darle la señal al cuerpo de descargar en el momento y lugar adecuado.
Las primeras veces en que van al baño en la mica o inodoro los niños se sorprenden, e incluso se asustan. Para los niños el darse cuenta que algo sale de ellos es una gran sorpresa. Y aquí hay que tener en cuenta que el asco por las heces fecales no existe aún. Para ellos la materia fecal es una extensión de sí mismos. Al jalar el agua del inodoro y ver que una parte de ellos se va es común que se angustien.
El cuerpo está configurado para deshacerse de aquellos materiales que no son necesarios o que son tóxicos para nosotros. La producción y excreción de orina y materia fecal ha estado en marcha desde antes del nacimiento. ¿Qué es lo que cambia? La conciencia sobre el mismo. Al igual que con el hambre, los niños empiezan a identificar un estado de tensión y aprenden que tienen el poder de decidir cómo ocuparse de éste. (Encuentre más información en el artículo “Cómo quitar el pañal”).
Es normal que en esta época haya autoestimulación de los genitales. Tiene lógica, en la medida en que son más conscientes de las sensaciones asociadas a ir al baño, se tocarán como parte de la exploración de su cuerpo. En este proceso se empieza a construir la noción de intimidad, y empiezan las preguntas sobre la identidad de género y el sexo, se suma nueva información y vivencias a la imagen corporal y se va ganando mayor conciencia sobre el placer.
¿Cómo se manifiestan las dimensiones de la sexualidad entre los 3 y los 6 años?
Típicamente en esta época los niño/as empiezan a mostrar un mayor interés por sus genitales y las diferencias anatómicas. Es esta una etapa muy importante en la construcción de la imagen corporal, la búsqueda de placer, y la identidad de sexo y género. Y es sumamente importante para aprender nuevas formas de vinculación afectiva.
Las diferencias anatómicas entre niños y niñas los sorprenden y les generan fantasías y emociones diversas. Disfrutan jugando al doctor o a la familia y cuando van al baño observan las diferencias y preguntan por ellas. En este punto se está construyendo la noción de las diferencias de sexo y la identidad de género, que como ya vimos son parte esencial de la sexualidad.
Los que tienen hijos de esta edad, habrán notado también que, así como observan y preguntan sobre las diferencias anatómicas, se tocan a sí mismos. Vuelve acá la cuestión del placer. Cuando vean que sus hijos se tocan el pene o la vulva no se angustien. Es tan normal como cuando se chupaban el dedo o los juguetes. Es parte de las ganas de sentir rico. Ahora, hay que ir construyendo la noción de intimidad. Si los ven tocándose mientras ven televisión o juegan en el parque pueden dirigir su atención hacia otra actividad y explicarles que lo pueden hacer solos, antes de dormirse. Finalmente, es parte de explorarse y sentirse bien. Esta autoestimulación hace parte de la “misma familia” del chupar dedo o cupo, consentirse las orejas o los brazos; es una forma de sentirse a ellos mismos y relajarse.
Es clave no prohibir ni castigar esta exploración. No decirles cosas como que se les va a caer, se van a quedar ciegos, etc.
Es importante también hablar abiertamente con aquellas personas que cuidan a sus hijos (abuelas, tíos, nanas) Hay que cuidar también los programas de televisión que ven y con quien se deja a los niños.
Llegamos a un punto del desarrollo en el que si bien los niños buscan el placer no hay todavía la madurez biológica para reproducirse. Es aquí donde difieren la sexualidad infantil de la adulta. En este punto la necesidad fisiológica no puede llevarse a cabo, pero la búsqueda del placer si está presente.
En esta edad se da otra construcción importante, relacionada con la identidad de género. Los niños desean ser como sus papás y las niñas como sus mamás. Esto está acompañado por una admiración y amor infinitos por su padre o madre respectivamente. Acá es importante que si sus hijos/as se ponen bravos cuando ustedes se abrazan o se besan, les expliquen que esa es la manera en que los papás se quieren. Si los niños/as quieren darles besos a los adultos en la boca hay que explicarles que cuando sean grandes y tengan un novio o novia a ellos les darán besos en la boca. Esto es parte de no estimular la sexualidad de los niños.
En el proceso de construir vínculos es importante que puedan pasar tiempo con ellos, interactuando con ellos. De esta manera los niños podrán aprender que pueden ser fuertes y ágiles imitando a sus padres, pero también pueden aprender a consolar y consentir a través de sus madres. La tranquilidad con las que se manejen estos temas es la base de la construcción de un vínculo seguro que les permitirá más adelante tener la tranquilidad de conversar con sus hijo/as cuando sean adolescentes sobre la sexualidad.
¿Qué pasa entre los 6 años y el inicio de la adolescencia?
Alrededor de los 6 – 7 años los niños y niñas han adquirido las bases de su identidad sexual y poco a poco se va formando la conciencia moral. Todo esto se ha ido construyendo a medida que exploran su cuerpo y hacen preguntas sobre éste. Pareciera que a los 6-7 años la observación y exploración de sus cuerpos pasa un segundo lugar. A medida que tienen mayor control motor van desarrollando también sus habilidades cognitivas. Empieza una etapa de exploración y curiosidad sobre el mundo. El placer de esta etapa está en conocer y explorar los fenómenos del mundo, en la socialización, la competencia en diferentes habilidades.
Esta es una de las etapas más productivas para aprender sobre el mundo. Es donde más hay que cuidar lo que buscan y ven. Una de las formas más fáciles de distraer a un niño es entregándole un iphone o un ipad para buscar videos en youtube. Y es también una de las formas más fáciles de que encuentren vídeos explícitos o implícitos de relaciones sexuales. Pensemos en los videos de reggaeton y lo explícitos que son.
Cuando parece que todo ha desaparecido…. reaparece, y con mucha fuerza
Alrededor de los 12 – 14 años con la maduración biológica, hay grandes cambios hormonales. Todo lo que estaba dormido, se despierta y con fuerza. Acá será clave lo que han construido en estos años. En este periodo la imagen corporal sufre grandes cambios, pues el cuerpo se modifica. Estas modificaciones llevan a su vez a cambios en el uso del cuerpo. Ahora si hay madurez biológica para la reproducción, más no hay todavía madurez emocional. Reaparecerá la autoestimulación y la curiosidad por el cuerpo propio y el de otros, acompañada esta vez de una mayor conciencia y posibilidades. Se preguntarán constantemente sobre su identidad sexual y de género y experimentan sensaciones placenteras y confusas. Acá también será importante los tipos de vinculación afectiva que han enseñado a sus hijos, pues ésta será parte importante a la hora de elegir una pareja emocional y sexual.
En la medida en que ustedes papás y mamás han estado cerca, jugando con sus hijo/as en la infancia, haciendo actividades para ellos, interactuando con ellos habrán construido las bases de la confianza para hablar sobre las implicaciones que traen las relaciones sexuales. La posibilidad biológica de tener relaciones sexuales existe y sus hijos necesitan que estén cerca y les ayuden a entender los cambios por los que están pasando y las nuevas posibilidades que tienen.
Para finalizar…
El desarrollo psicosexual es una mezcla de cambios biológicos que traen consigo nuevas sensaciones y habilidades. Estas últimas traen a su vez cambios en la manera en que los niños se piensan y se sienten; de ahí la palabra psico – sexual. “Psico” hace alusión al desarrollo psíquico, que contiene elementos afectivos y cognitivos del ser como la imagen corporal, identidad de sexo y de género, vinculación afectiva, noción de intimidad y el placer. Es importante que los padres, como primeros cuidadores de sus hijos, conozcan en qué consiste este desarrollo y qué pueden esperar que pase mientras acompañan a sus hijos en su desarrollo.
Bibliografía:
Freud, S. (1923 [1922])Dos artículos de enciclopedia: «Psicoanálisis» y «Teoría de la libido» Amorrortu Editores.
Escrito por: María Camila Mejía – Psicóloga del Jardín.
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